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Las metas en el trading son para perdedores

noviembre 24, 2024
metas vs sistemas en el trading

Hace seis años decidí convertirme en trader. Y no te voy a engañar, mi sueño húmedo tenía la forma de «ganar tropecientos mil dólares al mes» o «retirarme en 3 años con 10 millones y 17 vacas».

Spoiler: perdí. Y lo hice a lo grande. Y me desesperé tanto que me pasó factura en otras facetas de la vida.

Y es que la sucia industria del trading nos vende la idea de que es fácil ganar dinero y cualquier cryptobro puede hacerlo, aunque de pequeño confundiese el pegamento con la mermelada.

El mercado es un lugar donde se encuentran las mentes más brillantes que habitan este planeta. ¿Por qué narices iban a permitir que un flipado con más ego que un gymbro random con metas de trading como ganar $5000 al mes con una cuenta de $250 en un bróker de dudosa credibilidad lo consiguiese?

Este es su puto juego. Y son sus normas, nos guste o no.

Y esto no solo aplica al trading. ¿Cuántos empleados por cuenta ajena conoces que se quejan de que no ganan lo suficiente, qué merecen al menos $500 más al mes para gastarlo en mierdas que no les aportan nada más que un placer momentáneo?

Entonces, ¿Qué tal si en lugar de ponernos metas, aplicamos sistemas que nos ayuden a conseguirlas sin perder la cabeza?

Porque seamos honestos, las metas en el trading y en la vida son apuestas a futuro, y esto representa un problema para la mayoría de nosotros. Al poner el foco en el futuro en algo que no tenemos, tu existencia adquiere un tono más gris.

Es algo que no tienes ahora, lo que significa que cada día que no la alcanzas, estás en un estado constante de insatisfacción.

Permíteme presentarte a Manolo, un trader principiante cuya meta es duplicar su cuenta cada seis meses. Durante la primera semana, palma en cuatro operaciones seguidas. De repente, se desespera, creyendo que nunca va a alcanzar ese sueño húmedo de libertad financiera que se la pone bien tiesa. ¿Qué hace Manolo? Dobla el tamaño de su próxima posición para “recuperar lo perdido.” Pero pierde otra vez, obviamente. Entonces se salta la gestión del riesgo porque “si no arriesgo más, nunca lograré mi meta.”

Boom. Cuenta quemada. A seguir ahorrando y a reintentarlo en unos meses con el mismo resultado. Y a seguir girando la rueda.

Un sistema, en cambio, no es algo que persigues. Es algo que ejecutas cada día.

Cuando tienes un sistema ganador, tu trabajo es sencillo: sigue el plan, día tras día, sin preocuparte por el resultado inmediato. Este enfoque no solo te permite operar desde un lugar de calma y control, sino que también pone las probabilidades a tu favor con el tiempo.

Y no solo eso, sino que te mantiene en el presente. Disfrutas al hacer lo que tienes que hacer (las rachas de pérdidas seguirán siendo una mierda, eh).

Pero mira esto: Supongamos que tienes un sistema que arroja un 55% de operaciones ganadoras con un ratio de riesgo-beneficio de 2:1. Si haces 100 operaciones siguiendo las reglas al pie de la letra, las matemáticas están de tu lado para obtener beneficios. Ahora imagina compararlo con una “meta” arbitraria de ganar $50,000 en un trimestre. Si llegas a la operación número 80 y solo has ganado $10,000, ¿qué hará un trader inexperto? No hace falta que te lo diga.

Con un sistema, no importa si has ganado $10000 o $1000 después de 80 operaciones. Lo único que importa es ejecutar la operación número 81 como lo dicta tu plan. Y cuando lleves miles de operaciones ejecutando tu plan ganador, tu cuenta brillará con más luz propia que una espada láser tras una hora en un solárium.

¿Significa esto que no deberías tener metas? No exactamente.

Las metas en el trading son válidas, pero solo cuando están subordinadas a tu sistema. Por ejemplo, en lugar de decir “quiero ganar un millón de dólares,” podrías decir: “Mi meta es operar este sistema ganador con un retorno anual promedio del 20% durante 15 años para retirarme con esta cantidad indecente (o no) de dólares.”

Dar pequeños pasos consistentes siempre gana la carrera. Porque en el trading (y en la vida), no se trata de llegar rápido, sino de llegar entero.

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