
El inversor pasivo parte de una premisa: a largo plazo, el mercado siempre sube. Y mientras sube, tú ganas. Pero, ¿qué pasa cuando no sube? ¿Qué pasa cuando decide cortarte las piernas sin previo aviso?
El problema de muchos inversores pasivos es que dependen ciegamente de la amabilidad del mercado. Si está de buenas, todo fluye. Pero si se levanta con resaca, tu cartera se convierte en un campo de batalla. Y si estás demasiado expuesto, tu cartera puede desintegrarse ante tu mirada llena de lágrimas.
Sí, el mercado tiende a reflejar el valor razonable con el tiempo. Pero en el corto plazo es una criatura irracional, caprichosa, y muchas veces cruel. Si le da por precipitarse al abismo durante algo más de un mes y dejarse más de un -20% por el camino, te desesperas (como mínimo).

Porque invertir no es tuitear en X que compraste TSLA, NVDA, PLTR y BTC hace tres meses y que obtuviste un 50% de rentabilidad, ridiculizando al mismísimo Warren Buffett. Luego llega una corrección (ni siquiera un mercado bajista), palmas un 50%, te pones nervioso, vendes y quedas fuera de juego. Y recuerda: si pierdes un 50%, necesitas subir un 100% solo para volver a estar como antes.
Y aquí viene lo grave: probablemente no conozcas tu tolerancia real al riesgo. Una caída del 40% puede parecer ‘aceptable’ en una hoja de cálculo. En la práctica, es otra historia. Cuando lo vives, cuando ves tu cuenta sangrar día tras día, todo cambia. Muchos inversores pasivos tiran la toalla justo antes de la recuperación. Por miedo. Por agotamiento.
¿Te ha dolido leer esto? Mejor ahora que cuando estés palmando un 40%. Cada semana envío señales, reflexiones y sistemas reales que se apoyan en métricas de volatilidad, no en cuentos de hadas. Apúntate a mi newsletter. Gratis. Sin humo. Solo trading con cicatrices.
Además, no olvides que los mercados bajistas existen. El COVID fue maquillado por la FED con dinero gratis. ¿Pero qué habría pasado sin esa intervención? ¿Una caída del 50%? ¿Del 70%?
Nadie lo sabe. Pero conviene prepararse.
Si eres inversor pasivo, pregúntate esto: ¿cómo se comporta tu cartera si mañana Trump tuitea una locura y el mercado cae un 5% en premarket? ¿Pierdes un 5%? ¿Un 10%? ¿Un 15%? ¿O incluso ganas? Reventar la inversión pasiva no es tan complicado.
Si no te has hecho estas preguntas todavía, mejor que empieces hoy. Porque cuando el mercado se vuelva loco, no tendrás tiempo de improvisar.